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Exposición sobre la cultura Chavín en el Museo de Arte de Lima

El Museo de Arte de Lima, en coorganización con el Museo Rietberg de Zúrich (Suiza) y el Ministerio de Cultura del Perú, con la colaboración de la Embajada de Suiza, presenta una significativa exposición dedicada a la cultura Chavín, uno de los principales complejos ceremoniales del Perú antiguo, que se desarrolló en el Periodo Formativo desde alrededor de los 1200 hasta los 200 años a.C.

Fue inaugurada el viernes 10 de abril y estará abierta hasta el domingo 9 de agosto.  La muestra está organizada en dos salas: en la primera de ellas se exponen los testimonios más antiguos de las primeras sociedades complejas. Destaca una excelente reconstrucción virtual del sitio ceremonial de Sechín Bajo en el valle de Casma. La animación dura alrededor de 5 minutos y muestra la estructura arquitectónica en sus fases constructivas, así como los aspectos formales, funcionales, constructivos y de coloración de la edificación.

En la misma sala se exhiben artefactos de las culturas Chavín y Cupisnique (La Libertad), así como objetos provenientes de Kuntur Wasi en Cajamarca. Se trata de piezas extraordinarias, que posibilitan al visitante percibir y aprehender acerca de las complejas creencias mitológicas y religiosas que se hallaban en plena consolidación en este periodo.

Plato con representación de un ser humano en forma de araña de carga cabezas humanas sobre la espalda. Imagen: Chavín, 2015: 222

Plato con representación de un ser humano en forma de araña de carga cabezas humanas sobre la espalda. Imagen: Chavín, 2015: 222

Entre éstas —si bien resulta casi imposible destacar alguna de las piezas exhibidas por la calidad y preciosismo de todas ellas— considero de significación especial un plato de piedra grabada y pulida de estilo Cupisnique (valle de Jequetepeque), fechado en la segunda mitad del segundo milenio a.C.

En la parte exterior muestra una criatura en forma de araña antropomorfizada, con cabeza de felino, que lleva sobre la espalda una bolsa repleta de cabezas humanas todas con los ojos cerrados. En la mano izquierda sostiene de los cabellos una cabeza decapitada. Los especialistas en el tema teorizan que la araña probablemente tuvo un rol importante en la mitología como decapitadora y portadora de cabezas humanas, las mismas que siglos más tarde formaron parte del ideario religioso Moche.

En la misma sala se exponen objetos provenientes de las excavaciones realizadas en el sitio ceremonial de Kuntur Wasi, entre las que sobresalen piezas de orfebrería de oro y plata, tales como una corona de oro con cinco caras estilizadas de felinos, narigueras y un extraordinario par de aretes colgantes, también de oro y plata, representando cabezas de perfil, con un diseño de filiación estilística semejante a las cabezas clavas del templo de Chavín de Huántar. Los cabellos serpentiformes tienen sus antecedentes en las representaciones de los personajes grabados en las lajas de piedra que enchapan el cerco perimetral de Cerro Sechín en el valle de Casma.

Esta sala presenta las paredes pintadas en verde terroso, lo que genera un contraste visual atractivo con las piezas de cerámica y orfebrería expuestas. Para mantener la cromaticidad del conjunto, los curadores han optado por presentar los textos explicativos sobre un fondo verde, pero de un tono más oscuro que los muros. La dificultad radica que con la iluminación artificial son de difícil lectura, por el escaso contraste entre el fondo y el texto en color negro, el mismo que tiene un tamaño de fuente excesivamente pequeño y con el espaciamiento entre renglones también insuficiente para invitar al visitante a una lectura cómoda y distendida.

En un espacio central, fue construido un amplio cubículo para la visualización de un vídeo sobre la evolución del conjunto ceremonial de Chavín de Huantar, el cual reseña como leyenda el Rietberg museo, 2012.   La pantalla de proyección está formada por una de las superficies que delimitan el cubículo, el cual está definido por tres paneles verticales, quedando el cuarto abierto para atraer a los visitantes hacia las bancas dispuestas para la finalidad descrita.  Al no tener una cubierta, la luz artificial cenital es deslumbrante dentro de este el espacio, de modo que la proyección se visualiza como difusa y poco contrastada, situación que se refuerza por el gran formato de la proyección, que parece no estar acorde a la calidad de imagen del vídeo. Para terminar de deslucir esta propuesta de comunicación audiovisual, existe un problema del sonido. Este es de pésima calidad y no permite llegar a entender a cabalidad la narración que acompaña las escenas mostradas, debiendo el visitante extremar su atención y aun así, perderse una buena parte de la información ofrecida.

La iluminación de la sala tampoco parece haber sido diseñada para una exhibición de esta naturaleza, quedando algunas piezas solamente parcialmente iluminadas y con una notable falta de énfasis en elementos que hubiera sido importante realzar.

Chavín de Huantar: pututo con decoración tallada.  Imagen: Chavín, 2015: 338

Chavín de Huantar: pututo con decoración tallada.
Imagen: Chavín, 2015: 338

La segunda sala ofrece un contraste cromático sugerente: los muros han sido pintados en negro y  sobre ellos destacan las piezas líticas con los grabados y relieves Chavín, así como un conjunto de pututos o trompetas de caracol marino (strombus galeatus) ornamentados con exquisitas decoraciones talladas.  Al lado derecho del ingreso a esta sala se proyecta un vídeo corto y subtitulado en español, acerca del uso y sonoridad de este objeto.  El pututo es tañido por el trombonista Michael Flury y comentado por la doctora Miriam Kolar, experta en acústica de la Universidad de Stanford. La proyección se visualiza, pero aparentemente no tiene audio. Después de unos instantes de desorientación, el visitante puede lograr ubicar en el borde inferior del monitor, un terminal de audio conectado a unos audífonos para escuchar el sonido del vídeo. Este no es de relevancia alguna, tanto por su contenido, como por los sonidos grabados, muy alejado de las grabaciones presentadas en otros vídeos del sonido de los pututos soplados en coro en la Plaza Circular Hundida de Chavín de Huantar, el cual es deslumbrante y sobrecogedor en riqueza y profundidad sonora.

Entre las piezas de escultura lítica expuestas, algunas de considerable tamaño, no puedo dejar de mencionar el extraordinario conjunto de cabezas clavas. Estas han sido ordenadas de manera que el visitante pueda entender el efecto de la trasmutación de determinados individuos elegidos, posiblemente sacerdotes, en seres sobrenaturales.  Dicha metamorfosis ocurría a partir de la ingesta por aspiración nasal, del polvo obtenido de la trituración del cactus San Pedro, que contiene un poderoso alcaloide, promotor de estados de conciencia alterados, que los acercaban a las divinidades en una esfera vivencial trascendente.

Chavín de Huantar: cabeza clava trasmutada en un ser trascendente. Desde la nariz destila la mucosidad asociada al consumo de alcaloides por aspiración.  Imagen: Chavín, 2015: número 117

Chavín de Huantar: cabeza clava trasmutada en un ser trascendente. Desde la nariz destila la mucosidad asociada al consumo de alcaloides por aspiración.
Imagen: Chavín, 2015: número 117

En esta segunda sala los curadores han optado por recrear el espacio arquitectónico donde se muestra una réplica del Lanzón de Chavín. Desafortunadamente el material empleado no logra alcanzar la solidez perceptual y la imponencia de la pieza original, por no decir nada del espacio en el que ha sido colocado. Es un recinto cuadrangular de reducidas dimensiones y sin techumbre, la misma que no tiene la menor relación con la cámara original de esta esta divinidad, estando su orientación e iluminación vinculada con los solsticios.

En conjunto considero oportuno señalar que la arquitectura del Periodo Formativo, y en particular la de Chavín de Huantar ha podido ser presentada de manera considerablemente más elaborada a partir de las herramientas gráficas y tecnológicas actualmente disponibles. El análisis de la arquitectura y su funcionamiento, es en gran medida el elemento menos trabajado en la muestra, lo que constituye una carencia notable y señala una vez más la falta de comunicación entre las distintas disciplinas vinculadas con la investigación sobre las culturas del pasado.

Aunque hemos realizado algunas apreciaciones críticas, se trata de una muestra de excepcional valor, que debe ser visitada con el ánimo de entender y reflexionar acerca de una cultura temprana y sus elaboraciones ideológicas de notable complejidad y profundidad.

El martes 14 de abril también fue presentado el libro que acompaña la exhibición y que lleva por título simplemente Chavín. Es una publicación de excelente presentación formal y un extraordinario contenido, que permite actualizar los conocimientos en torno al Formativo peruano.  Participan quince destacados especialistas en el tema, con textos académicos de primer nivel. Las imágenes complementan los textos a la perfección. Es un libro que todos debemos tener y leer con la reflexión que merece.

Quisiera concluir señalando dos problemas incómodos que son tangenciales a la exhibición, porque están relacionados con los servicios que ofrece el Museo de Arte de Lima, pero que opino deben ser tomados en consideración. El primero se refiere a los servicios higiénicos situados próximos a la cafetería. El que debe ser utilizado por mujeres, el día martes 14 a las 19 horas, lucía en un estado lamentable. La higiene y limpieza brillaban por su ausencia y esta no es una imagen apropiada vinculada con la cultura, el conocimiento y la exhibición museística.

La segunda situación, que no es responsabilidad directa del MALI, pero que opaca la imagen que con tanto esfuerzo ha logrado consolidar en tiempos recientes, es el estacionamiento público en el sótano, por el cual se paga un monto establecido.  Para llegar desde el museo, fue necesario cruzar el Parque de la Exposición a través de sendas que por la noche tienen escasa o ninguna iluminación. Por si ello fuera poco, el acceso al estacionamiento ha quedado dentro de las instalaciones que al presente están montando para una Feria Inmobiliaria, y por ello ha sido necesario cruzar encima de un jardín en pendiente, pasando sobre cables, mangueras y otras herramientas y enseres. Al llegar a la escalera que conduce al sótano y al estacionamiento, la única luminaria existente está quemada y el piso de losetas blancas es de una suciedad impresionante. ¿Es así que promovemos el acercamiento de los visitantes a nuestro rico acervo cultural? Una pregunta cuya respuesta debe ser interesante de escuchar.

Sandra Negro
Directora de CICOP.Perú